pelea entre muros
Llegué a ese mundo borroso en el que pasa lo que yo quiero o lo que no quiero que pase. Esa vez se proyectó un largo campo, que me invitaba a correr.
Dudé en hacerlo: después de tanta ilusión, aprendí a esquivar las traiciones de estos sueños.
Me senté, en lo que creí que era césped. Y otra vez empezó la pelea entre mi habilidad en separar las falsas ilusiones, de lo que pienso que es mi realidad, con la esperanza de poder escapar de esta sala hermética en alguno de esos sueños.
Después de tanta batalla, me paré y miré al horizonte. Tomando mucho coraje y casi sin pensar qué es lo que iba a hacer, empecé a caminar y a tomar velocidad paso a paso. Casi empezando a correr, el aire y el aroma que estaba empezando a imaginar, me dieron un golpe seco que me dejó en el piso, que ya no se sentía como césped. La realidad me encandiló al abrir los ojos. Otra vez había ganado la esperanza para después perder contra la realidad.
Y yo acá encerrado, buscando una realidad diferente cada vez que cierro los ojos. Ya sin esperanza de que alguien me construya una puerta desde afuera, o lo que sea que esté después de estos muros, de estos limites negros que se ven como espaldas indiferentes. La vida me empezó a pesar, la muerte empieza a asomarse y las sombras se están despidiendo, amenazando con mostrarse de frente, para terminar con esta inútil pelea entre muros…