La otra cosa

Buena parte de lo ocurrido me desconcierta. Pero creo que empiezo a comprender. Me llaman monstruo. Pero es solo un error, un grave error. Solo cumplí ordenes, corría peligro mi vida al no hacerlo.
No me pregunten por qué, pero solo lo hice.
Pagamos los platos rotos de un necio, que borracho y con whisky en los labios, se asomó al balcón y anunció la peor noticia que pude recibir en mi vida. Iba a ir a una guerra a los 18 años.
Fuimos llevados a esa guerra sin preparación alguna.
Sufrimos de la peor manera. Hambre, frío y maltratos abundaron por esos días. Solo se escaparon para comer, para salvar sus vidas. Y, según los superiores traicionaron a la patria.
Las pesadillas son constantes, no hay noche alguna que no rece y pida por favor que paren.
¿Por qué yo y no otro? Me pregunto aterrado, todas las noches en las que no puedo dormir.En mi mente se dibujan a trazo firme los peores recuerdos que alguien podría tener. Escucho los gritos de los estaqueados pidiendo por favor que paren y veo las lágrimas de mis propios compatriotas a punto de ser fusilado por un monstruo. Por mí.
Cumplí órdenes y aca estoy, sano y salvo. Preferiría estar muerto.

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Este cuento lo escribí en una clase de Lengua, le cambié varias cosas a diferencia del original.
Espero que les guste.

Escrito por Anónimo el sábado, septiembre 09, 2006 - 1:43 p. m. | Enlace permanente