La otra cosa

Cuando la total alegría se apodera de mí y la máxima distracción a la triste realidad copa mi cuerpo, cae la ficha trabada en mi. Porque mi propia mente busca la estúpida utopicidad que nubla el camino al que me guía mi corazón. No quiere desatar las riendas a las que estoy atado y me quiere dejar varado con esta mochila mal acomodada que pesa más que nada en este mundo.
Condenándome a sentarme en una silla a meditar para sacar la angustiante conclusión de que mi corazón es un mundo del que no quiero hacerme cargo,porque en él abunda el miedo a volver a organizarlo, para luego arrepentirme y fracasar una vez más en lo que me propongo.
Ésta es la única solución para alzarme con el coraje de trepar este muro que me separa del tan ansiado jardín al que quiero llegar sin hacer esfuerzo alguno.
Cada día que pasa este muro se hace más y más alto, porque cada ladrillo que lo constituye es una pena de las que abundan en mi corazón que está atado de pies y manos al lugar más oscuro del pantano maás alejado amenazado por la lluvia que está a punto de hacer rebalsar ese recipiente cargado de sufrimiento en el cual nada mi propio y angustiante corazón.
En momentos de razonamientos sinceros, desearía que estés aqui para compartir mi soledad con la tuya y así juntos partir hacia donde brilla el sol que nunca se deja tapar por el lado más oscuro de luna, financiada por el dinero más sucio perteneciente al sector mas prejuicioso de mí.

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Muchas influencias de otros autores.

Muchas cosas para decir

Escrito por Anónimo el miércoles, noviembre 08, 2006 - 8:36 p. m. | Enlace permanente