La otra cosa

Pupilas enormes que no funcionan,

sólo manos que sienten.

Formas,texturas,tamaños.

La duda me lleva más allá de mis manos,

porque empiezo a olfatear aromas increíblemente bellos y hechizantes.

Y escucho una respiración,

cada vez más cerca.

Mis piernas perdieron ya la inseguridad de chocar con algo,

pero de todas maneras, tiemblan.

Y vuelvo a utilizar mis manos, que siguen a mi olfato y audición.

Y dejan de atravesar el aire para frenarse con un rostro;

cálido y suave.

Y llegan al cabello,

base de todos los aromas.

Y siguen buscando,

y lo único que se escucha son dos respiraciones,

dos corazones.

Y de repente, mis manos encuentran una boca.

Y mis piernas ya no tiemblan.

Pero pierdo el control,

y mis manos ya no se mueven,

pero mi boca,

mi boca se acerca y llega tan lejos que ya siento su respiración en mis labios.

Y ya casi siento la húmedad de sus labios,

y sus aromas,

esos aromas de mujer única, ya recorren mis venas.

Y nuestros corazones laten tan fuerte que ya no recuerdo dónde estoy;

sólo siento sus labios casi rozando los míos.



Y cuando la vida te da lo perfecto y necesario,




una vela se enciende.




. .Para J.P.

Escrito por Galenzo el viernes, diciembre 01, 2006 - 10:12 p. m. | Enlace permanente