Miles de palabras interesantes sin significado,
atrapadas en algún lugar donde nada es palpable
y todo empuja para caer en alguna hoja desnuda.
Ya ni las veo, ni las puedo escuchar
y me cuesta acordarme de ellas
cuando busco la sombra de cualquier letra.
Pero esas palabras, ya no quieren palabrear.
Debe ser la saludable frustración de tener tanta claridad,
que me dejó sin luz para ver las palabras que alguna vez, supe escribir.
El lápiz, ya no le susurra a los reglones,
los reglones ya no me dicen nada
y las hojas brillan con molesta claridad.
No quiero tener mas pronósticos,
quiero una tormenta que sorprenda
que me moje y moleste,
para volver a sentir y decir letras
que aún no existen, pero las extraño tanto como a mí,
cuando podía dibujarme con palabras dentro de un cuaderno.