La otra cosa

Se sumergieron en el líquido frío y salado que caía de sus ojos. Desde luego que a él no le importó, ni que ellas se mojen y mucho menos que ella esté llorando.
Tiempo después.
Supuestamente, como todos dicen, el tiempo tendría que haber ayudado a olvidar y a sanar. El tiempo tendría que haber derretido el pasado, pero no lo hizo. Nuevamente, el montón se equivoca.
Mentiras.
El tiempo no ayudó nada más que en agrandar la nostalgia, estirar la ignorancia entre ellos y aumentar las distintas formas que una persona evita a otra, como lo hacía él con ella.
Farsante.
Finalmente, ella se da cuenta lo que es de su vida actualmente. Ella cae a un abismo que es su presente. Ella, por fin, deja el pasado para volver a empezar.
Él, ausente.
Se sumergieron las esperanzas que aún persistían en ella. Se ahogaron en llantos profundos y repetitivos.
Las esperanzas se borraron con el tiempo. El que sí estuvo presente para derrotar aún más con la vida de ella, en vez de construirla.

Las pocas y vulnerables esperanzas que en ella existían, se oxidaron en sus propias lágrimas.





vir.
Estar enamorada te inspira.
Estar rota te inspira.
Estar triste o feliz te inspira.
La vida te inspira.
Vivimos dentro de una hoja,
y nosotros somos el lápiz.

Escrito por Pezave el sábado, febrero 23, 2008 - 9:39 p. m. | Enlace permanente